LOMA MIRANDA (RESERVA NACIONAL) LA VIDA NO SE NEGOCIA.
DÍA MUNDIAL DEL AGUA.
En el día mundial del agua, artistas unidos por un planeta posible se une a los reclamos de la sociedad dominicana para que Loma Miranda sea declarada parque nacional, porque entendemos que es una reserva de floras y faunas de nuestra isla, y no debe ser explotada por ninguna razón, porque como dice el poema Indígena: y después de todo, el dinero no se come. Entendemos como movimiento que no podemos destruir el país por la simple razón de un crecimiento que margina y destruye la patria, que es más que crecimiento un estancamiento, porque el desarrollo de una nación no depende de la destrucción, sino del empoderamiento de sus ciudadanos del conocimiento pleno. Exigimos de la clase política una posición transparente, y que más decir respetuosa de los derechos de quienes los eligieron a su cargo publico, porque el estado somos todos, y quien hoy obvia sus deberes, mañana el pueblo se encargara de cobrarlo con intereses, pues esperamos que piense primero en el país, porque somos un paraíso productivo y todavía no terminamos de despertar, y emerger como una sociedad desarrollada.
Por tal razón nuestro amante de la poesía, y miembro de artistas unidos por un planeta posible, Fausto Aybar, en este día tan especial, nos lleva descubrir en su poesía, el compromiso y la sensibilidad hacia nuestro país y el planeta, que el problema de la humanidad, no es que la entiendan, sino entender, para si poder vivir en la paz plena.
LOMA MIRANDA NO SE NEGOCIA, FUERA LA BARRICK GOLD.
FAUSTO AYBAR (POETA)
LOMA MIRANDA
(CANTO A LOMA MIRANDA)
Ahí está ella, la montaña,
coronada de nubes, habitada
por relámpagos y deidades, imponente
horizonte de una ciudad que duerme.
Más allá, ellos; no creo que sean humanos,
tal vez sean mutantes, pretenden
herir la montaña, desangrarla hasta beber
su último mineral.
Ahí ella: la montaña,
máquinas roncando en sus laderas,
olor a guayabas y naranjos,
y ellos, los humanos -perdón, los mutantes-
enfilando sus garras rumbo al último
bastión, donde las luciérnagas erigen
la textura de un sueño.
Allá, ellos,
no derraman lágrimas, son mutantes.
Aquí la montaña, volcán de vida, río infinito de luz.
Y los humanos, ¿dónde están?,
quizás dormidos, enterrados,
tierra de llantos y olvido.
ANATOMÍA DEL AGUA
Habitante fecundo
del vientre mágico de las nubes,
me deslizo sutilmente entre las montañas,
jugueteo entre los valles,
recorro los campos.
Soy amante insaciable del fuego,
sangre transparente de los dioses.
Voy en silencio,
de escaramuza en escaramuza,
es de parecer que me odian, que no me aman,
cuando yo soy; la única razón de su existencia,
están ahí, quieren adueñarse de mi libertad,
indigentes ruiseñores, resoplar de libélulas,
horizonte invadido de carnes podridas.
Yo; agua,
ermitaño, vertebra marginal del universo,
hijo póstumo de la tierra y el cielo,
ellos; nómadas que beben mi sangre.
Los árboles me llaman,
resuenan acacias en mi piel,
tránsfugas reflejos huyen de la luna,
el río agoniza en un cc del tiempo,
el horror de las manos, enlutase el corazón.
AMANECER DE NUEVO
Velozmente se degrada la noche
y emerge de la luz tu vientre,
sobre el lomo de unas metáforas
envejecidas hay un olor a esperanza
y la rosa revienta ante el asombro
de quien ya duerme, es intocable la muerte,
mas es indeleble la vida.
El aire se agrieta
y en la viscosidad de lo eterno
los arboles y los hombres
en un abrazo umbilical esparcen
semillas , dilatan los sueños,
florecen sonrisas,
amanece de fiesta, el jardín, el hogar de Dios.
amanece de fiesta, el jardín, el hogar de Dios.
VOCES DEL AGUA
Nutrido frente, extensa luz,
en mi embrión se engendra
un enjambre de estrellas,
y del umbilical sueño de los peces
brotan burbujas de una voces por nacer.
Y espero no despertar hasta que este cáncer
en su vestigio más ínfimo, deje respirar a los árboles,
mutar a las mariposas, parir a la noche.
Extenso frente, nutrida luz,
mitología liquida desnudando los dioses,
cadena de un monologo estéril.
Y despertamos, y ya la tierra no es de humanos,
sólo ojivas, pueblan las selvas y la ciudades,
y nadie ha muerto del lujos de los sueños,
acuíferas fueron las derrotas, del viento sólo
quedaron residuos de una civilización que nunca amo.
Y cuando despierte, si despierto,
vendré como mozón, tragándolo todo,
lluvia de fuego, vertebra mágica de
siameses divididos, y dejare como herederos
de mi fecundo y atiborrado vientre, a las luciérnagas,
porque los humanos, no merecen nada,
porque son langostas, que hasta su Dios devoran.
Fausto Aybar.
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