lunes, 21 de junio de 2021

Agoniza la luna.

Canto de lo eterno en la voz

efímera del viento

eco de sombras

en el follaje amarillo de la distancia

flamboyanes petrificados

en el ámbar de la tarde

racimo de estrellas

en la cavidad cósmica de lo infinito

bosques

arboles rotos

por el hacha homicida del verdugo

río que muere

por la ausencia de la lluvia

sequia

sed

agoniza la luna

en el charco seco de la noche

junio/21

Domingo Acevedo.

Foto tomada de la red.

Isla de algodón, caña y dolor.

Aborigen esencia coagulada

en la inocencia intacta del amanecer

tainos prisioneros

en las inéditas habitaciones

de la sangre

por la espada y la cruz

extinto su  linaje ancestral

por el odio de los  guerreros

acorazados en su maldad

en la antesala de los días por venir

 ante  tanto horror

un behique mudo

se suicida con los cuchillos de las profecías

Isla de algodón y caña

el viento balbucea un abecedario de muerte

y el mar bosteza cadáveres

que agonizan en la arena luminosa de la alborada

hay

en las voces de los que cantan en el cañaveral

un oleaje de salitre

clima salobre que derrite la piel

de los hombres

que bajo el sol tropical de la isla

cortan la caña

gotas de sal y sangre que humedecen la tierra

enferma ante tanta crueldad

mientras el látigo silba en el aire

buscando airado la espalda del esclavo

que arrodillado suplica un sorbo de agua

y como premio recibe

una herida en la espalda

rotas las cadenas

alegre danzan los negros

al ritmo acompasado de las tamboras

cuando en las noches

la luna

como un nido de luciérnagas

en el cielo

chorrea su luz

sobre el quilombo

Domingo Acevedo 

Fotos tomadas de la red.









miércoles, 2 de junio de 2021

Guerrero de ébano

 



 

I

 

Las huellas heridas de un centauro

Se pierden entre la espesura del bosque

dejando un rastro de sangre en la mirada azorada de sol

qué triste se esconde detrás las montañas

que sirven de escondrijo a la muerte

que se enseñorea en su trono púrpura

y cabalga implacable contra los guerreros de ébano

que en Bahoruco

se negaron a deponer las armas

y siguieron el rumbo inexorable de la historia

 

II

 

Decapitado Lemba

su cabeza en la puerta de la ciudad amurallada

es un trofeo a la ignominia

mientras el último cacique

vencedor póstumo de su raza

acongojado y solo

recostado en sus recuerdos

termina sus días en el delirio de su traición

mirando con pena

cómo los últimos remanentes de su tribu

se diluyen en el tiempo

Domingo Acevedo.

Fotos tomadas de la red.



Cimarrón Justiciero

 



 

Que te puedo

yo

decir

hermano

si ya estás muerto

si te has ido silencioso y solitario

a poblar los lejanos recintos del olvido

si nos ha dejado aquí

solos

desamparados

tristes en el dolor de tu partida

con las miradas heridas de ausencia

con las manos vacías de ternura

acongojados

arrinconados en la angustia  inmensa

de saber que te hemos perdidos para siempre

sansón de ébano

hijo natural del bosque y la lluvia

cimarrón justiciero que tejía con los hilos del roció

los colores horizontales de los amaneceres

centauro que habita a la sombra de los recuerdos

cazador siempre al acecho de su presa

entre los matorrales achicharrados por la sequía

pescador

dueño de las noches salitreras del mar Caribe

adormecido al arrullo del canto de los grillos

en tu voz de salitre

el mar aún arremolina estrellas y sueños

 

A mi hermano Felipe Acevedo


Domingo Acevedo.